La verdad es que por más movimientos que pueda hacer nuestra H. Federación Mexicana de Futbol, seguirá pasando lo mismo: nada. Y es que durante estos últimos meses hemos visto una pasarela impresionante de jugadores y directores técnicos que lo único que han hecho ha sido hundirnos más en las posiciones del ranking de la FIFA. Y no es que sea la medida más confiable o chingona de este mundo pero sí arde que estemos abajo de países como Estados Unidos, Dinamarca e Israel.
Pero bueno, todo esto nos deja de lección que, como en todo, sólo vemos la punta del iceberg (sin albur); punta que “enchulan”, “pimpean” y venden como la revolución y reestructuración del Tri para lograr lo que no se ha logrado: ese famoso quinto partido en el mundial. Pero como es de pensarse, abajo de toda esa punta de iceberg hay toda una organización llamada Federación que por más que le menee y le haga a la mamada no va a lograr nada porque siguen siendo los mismos güeyes manejando otros hilos. Y si a eso le sumamos la falta de carácter, de amor a la camiseta y huevos de todos nuestros seleccionados, tenemos nada más ni nada menos que nuestra selección actual, que hoy por hoy está sufriendo por agarrar uno de los 3 boletos y medio al mundial que ofrece una de las zonas más pobres del mundo, futbolísticamente hablando.
Que no es la selección que merecemos... obvio no; que no están dando ni la mitad de lo que nosotros les damos... pues tampoco. Y aunque sí, al final los que se paran en la cancha son los que tienen que dejar el alma para ganar, también es un hecho que los que están de pantalón largo en el palco de honor, tienen mucho que ver.
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