TODO SE VE DIFERENTE

Tuvo que pasar un chingo de tiempo para: ganarle a los gringos en su propia cancha, para que goleáramos sin piedad, para que México volviera a creer en su selección, para ver sonreír al Vasco y a Justino, para que hasta el ‘gringo’ Castro hiciera un gol y para que alzáramos una copa.

Tuvo que pasar otro chingo de tiempo para que viéramos otra vez el amor de un grupo por la playera de México y no ver a los que ya les da hueva venir a la selección; ésos que desde que bajan del avión, ya traen cara de culo y se sienten paridos por los dioses.

Y... también tuvo que pasar otro chingo de tiempo para que medio-le-entendiéramos al Vasco lo que quería hacer con esta selección. Y es que después de 35 días de concentración, por fin se le pudieron ver pies y cabeza al equipo; pudimos ver quiénes pueden ocupar esos lugares que aún no estaban definidos en la selección ‘mayor’ y quiénes de plano, no. Ojo: si hubiéramos perdido contra EEUU, seguro estaríamos diciendo que la selección aún es una vergüenza, que estaríamos perdidos, etc. Pero, la neta es que esta vez nos sonrió la fortuna y podemos hablar de un proceso exitoso, sobre todo porque hace años que no veíamos a México jugar con tanta alegría, talento, conjunción y como un equipo al que le salió todo (o por lo menos en el segundo tiempo).

Dentro de este proceso, hay varias personas que me da gusto que hayan aparecido por lo que ahora entiendo un poco más el plan de Aguirre. Giovanni renació, Vela renació, Magallón renació y descubrimos a algunos que pueden entrar a resolver cualquier pedo en su respectiva posición, como Ochoa, Efraín Juárez, Fausto Pinto, Israel Castro, Barrera, Franco y por ahí, hasta Sabah. Por otro lado, está bueno ya saber de una vez por todas (pa’ no pendejarle después) que Omar Bravo NO está para jugar en la selección, que ‘el Venado’ corre mucho pero nomás NO es efectivo, que el portero tiene que ser Ochoa o en su defecto, Corona pero NO el ‘Conejo’, que ‘el Topo’ Valenzuela tampoco está para jugar en selección.

Y podemos reconocer que lo mismo que le pasó a Estados Unidos, es lo mismo que le ha pasado a México las últimas veces que se han enfrentado los dos. Ahí van... parejitos los dos equipos... se siente bien el encuentro... hasta que cae el primer gol del rival, ya no nos podemos reponer... mentalmente vamos pa abajo hasta que nos clavan el segundo y ya no se puede hacer nada por el buen parado del equipo contrario... lo mismititito pasó acá, sólo que con un 5-0.


Y hay quienes se encabronan porque México festeja en grande este triunfo siendo que aún falta el partido del 12 de agosto. Pero la neta, sí hay que festejar por un chingo de cosas... porque hace un chingo que no les ganábamos, porque hacía todavía más que no les ganábamos allá, porque hacía más que no se les ganaba por goleada, porque nadie de CONCACAF les había ganado en su casa en otro chingo de años, porque nos devuelve la confianza, porque sí los golearon chingón y porque si bien es cierto que la suya era la selección B, la nuestra también lo era y así de igual a igual, nos lo chingamos.

Así que... que se den vuelo festejando un par de días y luego que ya regresen bien a los entrenamientos porque ahora viene la selección A de EEUU y también viene la nuestra con varios descubrimientos y mejoras. Ahora sí... Vamos México, vamos a chingárnoslos también en el Azteca.